Cómo cambio mi vida mi primera experiencia con el Yoga Nidra
En el verano del 2017, me encontraba realizando la formación para docente de Hatha yoga en las montañas en el sur de España. En aquel entonces, ya llevaba algunos años practicando de forma regular asanas, lo que conocemos popularmente como posturas de yoga, pero hasta ese momento había aún mucha inquietud mental en mí y me era muy difícil meditar. Tampoco había escuchado o leído antes algo relacionado sobre el Yoga Nidra, ni mucho menos lo había practicado.
Ya era la última semana de la formación, y tanto mi cuerpo como mi mente habían pasado por un proceso de detox express…mi canal físico estaba limpio, pero también cansado. Habíamos estado por tres semanas bajo una dieta totalmente vegetariana, con un entrenamiento físico de 5 a 6 horas diarias, meditación 2 veces por día y con poca, por no decir, nada de contacto con el mundo exterior y con redes sociales.
Recuerdo que los profesores hablaron de una actividad sorpresa, y nos habían dicho que era una especie de regalito para el final de la formación; después de tanto cambio y esfuerzo al que habíamos estado expuestos, se nos dijo que debíamos ir vestidos con ropas blancas y muy cómodas. No nos dejaron ver la sala antes del evento. Cuando finalmente abrimos las puertas e ingresamos al recinto, encontramos que estaba hermosamente decorado con velas, flores y esterillas blancas, que le imprimían un aura especial al lugar, todo estaba tan bonito.
Nos explicaron qué era el Yoga Nidra y nos dieron las instrucciones fundamentales y de inmediato nos pusimos manos a la obra. Para ello, nos recostamos sobre la espalda con las palmas de las manos hacia arriba, los brazos un poco separados del torso, y las piernas también ligeramente separadas.
Cerramos los ojos y el profe empezó con una breve relajación, haciendo hincapié en lo importante de la quietud del cuerpo. Nos fue llevando poco a poco en un recorrido de lo que estábamos percibiendo en el momento, desde afuera hacia adentro…como si pelaras, una cebolla, desde las capas exteriores hacia el centro. Exploramos temperatura, olores, sensaciones físicas, hasta llevarnos a observar la respiración, a ver como y donde se movía ésta dentro del cuerpo.
Al principio tenía un flujo constante de pensamientos que, poco a poco fueron cesando para darle más espacio al silencio, mientras mi mente seguía la voz de mi profesor como un hilo conductor. Luego debíamos pensar en nuestro sankalpa, el que estábamos trabajando desde el inicio del curso y nos dispusimos a hacer el recorrido por los 61 puntos del cuerpo.
Esto me impactó tanto, porque nunca había experimentando mi cuerpo de esta forma, al centrar mi atención en cada parte del cuerpo, la percepción del mismo cambia, se hace intensa, recuerdo no poder mover la mano y que era muy pesada, y haber sentido corrientes eléctricas en los músculos y espasmos incontrolados, pero yo seguía ahí, fielmente sin moverme y despierta, el profe había dicho que era importante la quietud, para poder ver con los ojos del alma… yo estaba alucinando, con todas esas experiencias internas que nunca antes había vivido.
Luego de ello volvimos a observar la respiración, pero ahora desde un lugar diferente, ahora ya el cuerpo estaba muy relajado y la atención muy viva, clara, aguda y yo seguía despierta; es muy raro pues desde el principio de mis practicas de yoga nidra, logré no dormirme, (tengo que admitir, que actualmente si estoy muy cansada me duermo, jiji) creo que el yoga nidra ya estaba escrito y guardado en el ADN de mi alma.
Fue una sensación muy especial, el percibir mi respiración y ser consciente que era esa energía que me daba vida, la que recorría todo mi ser.
Cuando ya estábamos en la parte más profunda del Yoga Nidra, donde el cerebro alcanza las ondas cerebrales más lentas, Alpha y theta, nuestro maestro nos llevó a observar la pantalla mental que se encuentra detrás de nuestros párpados, Chidakasha y empezó a narrar una historia muy bonita, que pude visualizar muy fácil. En la historia, estábamos en una especie de claro en el bosque y caminamos hacia una cabaña de madera en medio de él. La puerta estaba medio abierta, y al entrar había una mesa de comedor con dos platos calienticos de verduras y papas cocidas con un aroma espectacular, yo incluso logré oler las papas.. créanme!.
El maestro describió tan acogedora la cabaña, con la mesa servida e incluso una chimenea,y también dijo que alguien más estaba allí conmigo, alguien especial, que había preparado esa comida; al girarme vi a una versión mayor de mí misma. yo no podía creer, lo que veían mis ojos del alma, !Me vi a mi misma!, Esa otra yo, vestía con ropas muy sencillas, un traje largo de lino beige, y llevaba el cabello largo y gris en una trenza encima del hombro derecho. Me miró con ojos muy amorosos y con tono lleno de amor, me dijo: “Hola Belkis, al fin tienes tiempo para mí”.
Esas palabras me penetraron el alma con un calor transformador, como cuando descubres una verdad absoluta y supe de inmediato qué significaban. Me había olvidado durante tanto tiempo de mi misma, perdida en el otro!
Una corriente recorrió todo mi cuerpo, lágrimas corrían sobre mis mejillas, empecé con los ojos cerrados a llorar y temblar, recuerdo el profe con voz suave, empezó a decirme tranquila, que mirara el proceso desde una perspectiva de tercera persona. Esto me ayudó a no idenficarme con el drama en ese momento y aprovechar la experiencia al máximo. Luego sentí una paz que nunca antes había experimentado.
Durante años yo había buscado un proceso de transformación, paz, tranquilidad, entender mi pasado, perdonar y soltar mis dolores emocionales, pero me había centrado en buscar en el afuera, en la psicología, en identificarme en el daño que me habían hecho, en el trauma, en la religión, en las relaciones, en el culpar a otros,en victimizarme y nunca se me había ocurrido la idea de que simplemente debía tomarme un ratito de silencio, de quietud para mirar hacia adentro, para conectar con mi alma.
Cuando la sesión acabó, compartimos las experiencias en el grupo, recuerdo que muchos se habían dormido y no recordaban casi nada, otros se habían asustado con lo que habían vivido, y unos cuantos habían podido permanecer despiertos, y en ese momento me enteré que era el reto más grande cuando empezamos a hacer yoga nidra, el mantenerse despierto durante toda la sesión.
Desde ese momento el Yoga Nidra se fue transformando en mi Sadhana (mi práctica diaria), me hice como un compromiso conmigo mismo, que me sanaría, poco a poco y fui experimentando tantos beneficios con mi práctica diaria… y al igual que la metáfora de la cebolla que te conté en un inicio, a si también fuí experimentando los beneficios del yoga nidra, desde mis capas más densas hacia las más sutiles.
Lo más notorio al principio fué a nivel físico, ahí fue donde me di cuenta, lo cansada que siempre andaba, cuando hacía una sesión de yoga nidra sentía como si hubiese ido a hacerme un masaje, literalmente, experimentaba una relajación muscular increíble, a nivel emocional también con el paso del tiempo, empecé a notar que las cosas que antes me complicaban e irritaban, ya no tenían el mismo efecto en mí.
Las reacciones ante algunos estímulos estresantes, los empecé a ver en cámara lenta. Esto era muy interesante, por ejemplo, recuerdo que yo solia enojarme con bromas que implicaran burlas sobre mi…y ahora escuchaba la broma, la observaba pero no me dolían…o no reaccionaba impulsivamente ante ello, lo que era algo muy nuevo para mí.
Mentalmente empecé a ver, que podía memorizar mejor, antes tenía que estudiar una y otra vez un concepto, pero ahora tenía la capacidad de entenderlo mejor, integrarlo y luego transmitirlo con mayor fluidez y naturalidad.
También se fortaleció mi relación con mi intuición, este proceso se dió de forma gradual , suave, pero muy firme y consecuente. A medida que avanzaba en la práctica , tenía más confianza en mí, más aceptación de esas partes que me avergonzaban, que las consideraba raras o muy fuertes, lo cual contribuyó a conocerme a profundidad y a tener de manera orgánica un cambio en mí y en mi vida.
Y por último lo más importante que el yoga nidra me ayudó a empoderar y algo de lo que durante mucho tiempo no me atreví a compartir en público por temor a sentirme rechazada, fué el aceptar, explorar y desarrollar todo mi potencial espiritual. A mis 11 años tuve mi primer viaje astral, es decir, mi alma salió de mi cuerpo cuerpo físico y yo pude ver y sentir de forma consciente, a pleno medio día en mi habitación en la casa de mis padres: en ese momento, me asusté mucho, me sentía culpable, había crecido, estudiando en una comunidad franciscana, con un concepto de espiritualidad muy diferente al que tengo en este momento, recuerdo haber orado y prometer no dejar que ocurriera de nuevo.
Con el estudio de la psicología, se abrieron también otros dones, que me llevaron a tener experiencias donde sabía lo que ocurriría en algunas situaciones. Esto me llevó a contárselo a mi psicóloga de aquella epoca, la cual me remitió a un psicólogo paranormal, el cual me propuso dos opciones, la primera era aceptar y explorar mis dones y la segunda hacer una meditación como un ritual para cerrarlos para siempre…hahaha..creo que no hice el cierre de manera adecuada, ya que aquí estás, leyendo estas líneas sobre mis aventuras espirituales después de algunas décadas…
Cuando empecé a hacer yoga Nidra todo aquello empezó a desarrollarse…pero creeme, y esto es lo mas lindo de está técnica, que tu alma te protege, y solo ese potencial se abre cuando tú estés preparad@. como si pelaras una cebolla, capita a capita…con amor, y te va mostrando todos los regalos hermosos que tiene tu alma única , todos aquellos conocimientos y sabidurías acumuladas y trabajadas vida tras vida.
Lo que sí te debo aclarar que esto que te acabo de contar se ha dado a través de un proceso de años de práctica diaria, aun cuando he estado enferma, el yoga nidra me ha acompañado, siempre ajustando mi práctica a como me siento y a lo que necesito, este proceso de transformación, ha sido suave, orgánico, escuchando el alma y ha ido acompañado de cambios en mi estilo de vida, en el cual he ido ajustando mi alimentación, hábitos de vida y sobre todo incluyendo ejercicios físicos, las asanas, el yoga físico, que es fundamental para que el cuerpo esté sano y fuerte y pueda estar preparado para ser un canal para estas experiencias energéticas y espirituales.
Con el paso de los años, todas las experiencias que te he contado anteriormente, fueron creando en mí, un deseo muy fuerte de compartir esta técnica con otros, así que empecé a implementarlas en mis clases de yoga. Al principio utilizaba Yogas Nidras de otras personas, no obstante con el tiempo me apasionaba aún más saber sobre esta técnica, así que fui investigando y profundizando realizando cursos, leyendo libros, hasta que empecé a escribir mis propios Yogas Nidras, por cierto, esto me encanta, es como pintar un cuadro, el conocimiento y la energía de mi alma se impregnan este hermosos mosaico de creatividad para llevar al alma a este hermoso viaje de exploración.
Cuando llegó la pandemia, tenía confinamiento en casa y mucho tiempo libre, así que un impulso transformador, me dio la valentía de coger el toro por los cachos, como decimos en mi linda Barranquilla, y me lancé a abrir mi canal de YouTube, al cual llamé Shima Yoga, (mi nombre espiritual, Shima es una palabra del lenguaje de los indios Hopi nativo americanos que significa Amor).Les cuento hasta ese momento, que no sabía nada sobre hacer un video, montaje, grabaciones, derechos de música, imágenes, etc…pero me puse a ello y cree un espacio donde pude al fin unir todas las piezas, crear, vivir y compartir, esta maravillosa técnica, aquí publico videos o mp3 basados en mis guiones de yoga nidras para diferentes necesidades, desde Yogas Nidras para el insomnio, ansiedad, autoestima, hasta aquellos destinados a romper ideas limitantes que entorpecen nuestra abundancia.
Después empecé a gestionar el canal de Tripura Mandala en español, en el que realizo la traducción de los Yoga Nidras del Canal de YouTube Tripura mandala (hoy Tantra Yoga for live) de mi maestro Dewatma Saraswati, para la población hispanoparlante. Este trabajo llena mi alma de mucho amor, ya que Dewatma ha sido una pieza fundamental en mi proceso de sanación con el yoga nidra y de esta forma siento que contribuyo con mis traducciones, un granito de arena devolviendole todo la transformación y amor que me ha dado durante todos estos años.
Mi alma está muy agradecida con la vida, con mis maestros y con todas las personas que me han ayudado a llegar hasta aquí…mi amado esposo, ayudándome a pagar cursos internacionales, ayudándome a realizar cada idea loca que se me ocurre acerca de este proyecto. Imagínense, yo hago mis yogas nidras todas las mañanas a su lado,cuando nos vamos de vacaciones también, me ha visto llorando, temblando, escucha mis aventuras al visitar otros mundos astrales y con su silencio amoroso y aceptación hace mi viaje espiritual más fácil. A mi sobrino Andrés que ha sido una inspiración hermosa, que desde sus 4 años le preguntó a mi hermana, que hace mi tía Belkis, mi hermana le dijo hace yogas Nidras y el dijo yo quiero hacer yoga nidra y desde entonces se duerme todos las noches con yoga nidra y el 80 por ciento de los yogas nidras que escucha son de su tía….A mi querida amiga Janny que con toda la paciencia y amor escucha todas mis nuevas experiencia de exploración de mi alma, mis sueños, mis miedos, mis experiencias astrales, aquello que con casi nadie me atrevo a charlar y me ha apoyado durante todos estos años en esta aventura de compartir esta hermosa técnica, dandome ideas, corrigiendo mis yogas Nidras y dándole forma, estructura y lógica a todas mis ideas.. y a mi hermana,a mi madre que son mis fans fieles, siempre ahí, escuchando y apoyando con un amor incondicional, mis amigas patri,nohemi, mi amiga Italiana Martha, Laurita, sandy, lili, Marijo que me han ayudado a testear cada vez que saco un nuevo yoga nidra.
También agradezco a Agneta que me hace las correcciones en holandés, a Nicole,con quien trabajo conjuntamente,pues ella hace la traducción para tripura mandala al holandés. A Raúl mi técnico de sonido, a Anne que me ha regalado una canción compuesta y tocada por ella para mis demos, a el tío Peter mi camarógrafo, a Bram quien dirige mi website. Y a todos los suscriptores de Shima Yoga y Tripura Mandala Español en Youtube y en Spotify que me han dado la enorme confianza y honor de guiar su alma durante los yogas Nidras…y así podría seguir enumerando todas aquellas almas hermosas que me apoyan y sostienen en este hermoso proceso.
Mi corazón tiene un compromiso, una misión de amor con esta técnica: expandirla lo más fielmente a la tradición original de Swami Satyananda Saraswati, con luz y amor a todo aquel que la pueda y quiera utilizarla, para y al servicio de un bien mayor.
Hari Om tat sat
Shima
Shima Yoga
Cómo cambio mi vida mi primera experiencia con el Yoga Nidra